“Los
padres y madres no tenemos que hacer participes ni introducir a
nuestros hijos en una lucha individual ante una separación o
divorcio.”
Primero
me quiero dirigir a ambos progenitores, de forma rigurosamente sobre
el porqué no debemos incluir a nuestros hijos o ponerlos en el
centro del foco, quiero que se me entienda para no crear
discrepancias o confusión.
Dado:
Que
a nuestros hijos los debemos excluir del foco y de la participación,
porque debemos saber que son los mas vulnerables y los que
dependiendo de su edad puedan saber si eso esta bien o esta mal.
Debemos inculcarle que ambos lo queremos antes y por encima de todo.
Hasta ahí bien, hay que crear un vinculo afectivo con nuestro hijo
por el bien de él, dejando de lado todo lo relacionado con
enfrentamientos, y una fotografía representativa suya, es un
enfrentamiento. Hay que hacerle bien, aunque ambos no estemos juntos
no implica o no significa que no lo queramos, en cuyo caso hay que
fomentar y fortalecer ese vinculo afectivo entre ambos; nosotros y
él.
Dejando
de lado las “rabietas, conflictos, y demás índoles”, debemos
saber que si por alguna de las posibilidades el niño crece en ese
ámbito se crea un estado de estrés y de confusión. Por otra parte,
puede hasta incluso pensar que la causa de que no estemos juntos sea
culpa de él, en cuyo caso hay que hacerle comprender desde otra
perspectiva, para que el menor no se sienta resignado ni para que se
cree un estado defensivo o frustrado. Y mucho menos en tristeza de
sentirse malo, eso jamas lo debemos permitir ni permitirnos a
nosotros que él se lo crea.
Escribo
esto, porque me muevo y leo mucho por las redes sociales, y que
aunque no lo hagan de mala fe, no se dan cuenta que a su propio hijo
le esta afectando directa e indirectamente las acciones de ellos. Lo que no
podemos permitir es hacer participes a nuestros hijos en nuestra
lucha, es algo que me espanta, aunque lo hagamos sin darnos cuenta. Yo
como padre no quiero que mi hijo crezca en un ámbito de estrés
y de resignación depresiva. Los niños tienen que crecer siendo
niños y ser ajenos a todos nuestros problemas ante una separación o divorcio.
Por todo lo dicho están las fotos que algunos progenitores (padres –
madres), que ponen en redes sociales inculcando hacia el menor toda la
trama o “manipulación o todo el dolor hacia el otro progenitor”.
Donde las lagrimas en el rostro del hijo supuesto, victimiza al
mismo, como: ¡yo luché hijo mio!! tu también. ¡Ni Hablar!
Ellos no tienen que luchar.
Ahora
bien, luego están las fotos que algunos progenitores (padre o madre)
ponen en redes sociales inculcando hacia el menor toda la trama o
todo el dolor hacia el otro progenitor, ¿nos damos cuenta de que el
mas perjudicado es nuestro hijo? ¿estamos haciendo lo correcto? Yo
digo que no, ademas de que en España hay una ley, para definir los
límites de usos de imágenes de menores, tenemos que ver también la
Ley Orgánica 1/1996, de 15 de enero, de protección jurídica del
menor. En los
Derechos del menor, artículo 4 Derecho al honor, a la intimidad y a
la propia imagen (del menor).
Nos
tenemos que dar cuenta que cada vez que ponemos a un niño; llorando,
tristeza y/o dolor, tenga el pie de página que tenga, solo por la
connotación de la fotografía o imagen, el significado está
dirigido a todos los niños de padres separados o divorciados,
incluidas todas las custodias compartidas. Automáticamente por las
leyes de las emociones, estamos inoculando a nuestros hijos, EL
SER SUFRIENTES,
según hemos hablado “Maruxa Oñate Español Doctora en psicología
clínica” que eso daña la imagen de la persona con lo cual una
foto o imagen daña a nuestros hijos desde la imagen que representa
la inoculación.
Si
nosotros hablamos de nuestros hijos como sufrientes, terminaran
siendo sufrientes, por la inoculación.
16/12/20015
Lo que
hablamos Maruxa y yo durante toda la tarde, porque ambos estamos muy
preocupados por la existencia de ciertas imágenes de menores en las
redes sociales, que según ella dañan a la imagen del menor, y según
yo dañan a nuestros hijos, por lo tanto entre los dos comprendemos
entre los dos que dañan a los menores.

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