¡¡UN
PADRE QUE EMPEZO A QUERER SIN SABER QUERER!!
Ese rostro
sonrojado cuando naces, un color rosa difuminado en rojo, que ni es rojo ni es
rosa, pero si huele a rosas y lavanda, es un aroma que no se puede ver ni oír,
pero si se puede oler, pude olerte una y mil veces sin que dejase de verte, el
primer beso con la primera caricia, la primera vez que te veo y te veo tan
pequeño, pude verte y tocarte con una suavidad con la misma suavidad te recorrí
con mis manos y mis dedos, quise cogerte en brazos y abrazarte, un abrazo
angelical lleno de amor y ternura, un amor lleno de ilusión con el que es feliz
tú corazón y el mío.
Dos
corazones sonantes a la vez en ese mismo instante, ese tacto suave como la seda
que enreda mi mirada con el tacto, ese querer como nunca jamás se supo
aprender, un querer que nace de ambos a la vez, un cariño y afecto de padre, un
padre que empezó a querer sin saber querer, un padre que empezó amar sin saber
amar, un querer y un amar sin saber lo que era hasta que naciste tú, esa mirada
penetrante desde mí, la que te presto mientras tú la necesites, mirándome a mí,
te miro y te miro… Y no dejaría de mirarte ni amarte. ¿Sabes...? Podría hacer
una rima con amarte y marte, y es que te llevaría por el universo para
enseñarte el universo mismo, casi como un beso que rima en verso, que es querer
sin saber querer, pues tú me has enseñado a querer… y quererte, que es amar sin
saber amar, Pues yo te enseñaré a saber que amar rima con mar y así tú, si
quieres, aprenderás de mí, que también me has enseñado a amar, si lo rimo con
mar, sería, al pronunciarlo juntos sería notar la brisa del mar, además de
jugar hacer castillos a la orilla del mar.
Esos
primeros pasos, un paso que das a la vida, el primer paso firme tu solito, esa
primera palabra, esa primera palabra que pronuncia tu pequeña boquita, te miro
y te miro, y con la mirada escaneando cada parte de tu pequeño cuerpo, ese
cuerpo tan chiquito, Todo mi cuerpo
tiembla por ti, al verte, me fascina verte y tenerte más aun cuando de esa boca
chiquita pronuncias tu primera palabra… Papa. ese papá fue lo más bonito y el
mayor regalo del que un hijo le pueda hacerle a un padre, estoy muy orgulloso
de tener el hijo que tengo, no te cambiaría por nada del mundo, ¿Sabes una cosa
amor…? te puedo llamar de muchas formas, tete, amor, cariño, pero hay una, que
te describe lo que eres… mi príncipe, eres un referente en mi vida, como una
nota musical que sin ella no puede sonar una melodía, eres un ser tan especial
que doy gracias al universo entero de que eres hijo mío y formar parte de mi
vida.
Gracias por
tu existir, Te amo y te Amaré.
18/05/15
Jose Ramón
Ferrer Blasco
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